Saya Afroboliviana
En Bolivia, la Saya Afroboliviana es una danza que surge entre los negros mulatos de la región de los Yungas, situada en la franja sud-andina del departamento de La Paz. Constituye una manifestación cultural que representa una de las máximas expresiones folklóricas de música, danza, poesía y ritmo propia del pueblo afroboliviano.
La música y la danza, esenciales en la vida humana, se adaptaron a las prácticas ancestrales de la región andina, donde se abordan temas como la esclavitud y la situación actual mediante metáforas y sátira. La Saya, junto con otras danzas como la Zemba, el Baile de Tierra y el Huayño Negro, ha sido un poderoso medio de convocatoria social y cultural, dando lugar al surgimiento de numerosas organizaciones afrobolivianas.
La Saya, de origen africanizado, se vincula con la indagación sobre su significado en África. Este término se define como "Vestimenta", ya que en el Congo, Angola y otros países africanos, las mujeres usan un vestido largo conocido como Saya, y se cree que al bailar, las mujeres giraban sus vestidos, lo que podría haber dado origen a la Saya boliviana.
Origen de la Saya
En 1501, los Reyes Católicos autorizaron la introducción de esclavos africanos a los territorios colonizados en América por intereses económicos. Posteriormente, en 1550, los esclavos africanos llegaron al territorio boliviano, especialmente a la Villa Imperial de Potosí, para trabajar en las minas de plata. Aunque en un principio fueron reemplazados por mano de obra indígena debido a las duras condiciones climáticas, los africanos desempeñaron diversas funciones, como criados, mensajeros, peones o cargadores en áreas urbanas, y cosechadores de coca en áreas rurales, como los Yungas. En 1574, comenzaron a trabajar en los hornos de fundición de la casa de la moneda de Potosí, aunque durante el periodo colonial fueron sometidos a un duro control y una severa marginalización. Tras la independencia en 1825, la situación de los afrobolivianos no mejoró significativamente hasta la abolición de la esclavitud en 1851, aunque la explotación y discriminación persistieron. No fue hasta las décadas de 1950 y 1960, con la revolución nacionalista y la reforma agraria, que la situación de los afrobolivianos mejoró notablemente.
Música de la Saya
La música que acompaña a la Saya es totalmente percusiva, utilizando tres tambores (tambor mayor, sobre tambor y ganyengo), un guiro o cuancha, y cascabeles en los pies de algunos bailarines. Anteriormente se utilizaba también la matraca. El canto, principalmente poesía declamada, está compuesto por coplas improvisadas sobre estribillos tradicionales, cantadas por un solista al que la tropa responde.
Vestimenta de la Saya
La vestimenta de la Saya incluye blusas bordadas con escote cuadrado, polleras con franjas de colores y bordados, una manilla de color doblada colgando de las manos y un sombrero borsalino. En los pies llevan ojotas o abarcas.
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