Las primeras monedas de la República de Bolivia
El 17 de agosto de 1825, tras la Declaración de Independencia, la Asamblea General de la República Bolívar sancionó la ley que establecía las características, peso y fino de las monedas del nuevo estado soberano. Se adoptó la denominación de "soles" para las piezas de plata, que debían llevar grabado en su anverso el Cerro Rico de Potosí y un sol naciente sobre su cima. En el reverso, se mostraría el Árbol de la Libertad en el centro, coronado por cinco estrellas, y al pie del árbol aparecerían dos alpacas sentadas y enfrentadas. Para las monedas de oro, llamadas "pesos", el reverso variaría, llevando grabado el escudo de armas de la República, con dos banderas a los costados y trofeos militares al pie del emblema.
El 12 de enero de 1826, el prefecto José María Pérez de Urdininea comunicó a Sucre que no se había realizado "alteración alguna acerca del sello de la moneda, esperando que lo resuelva la autoridad suprema. Tampoco se ha variado el año de la rendición que acaba de hacerse". Consecuentemente, las monedas continuaron acuñándose con el busto de Fernando VII y la fecha de 1825.
La ley monetaria del 17 de agosto no llegó a implementarse cuando, después de arduas discusiones, fue modificada por otra ley el 10 de julio de 1826. Esta nueva legislación disponía que las monedas de oro y plata debían llevar en su anverso las imágenes del Libertador Simón Bolívar y del Mariscal Antonio José de Sucre, respectivamente.
Al recibir este proyecto para su sanción, Sucre manifestó su desacuerdo en una carta dirigida a Bolívar, expresando: "...poner mi busto en las de plata es ir más allá de lo que nadie puede pensar como recompensa por mis servicios... Además, asignarme un premio en esta parte, casi igual al que se le otorga a usted, resulta ridículo, pues mis servicios están a cien mil leguas o cien siglos de distancia de los suyos".
Sucre solicitó a los asambleístas retirar su retrato y reemplazarlo por el de Bolívar, como en las monedas de oro. Sin embargo, las discusiones en el Congreso continuaron; algunos opinaban que debía ratificarse lo resuelto anteriormente, mientras otros consideraban necesario acatar la decisión del presidente Sucre y modificar la ley. Los debates se prolongaron hasta noviembre de 1826 sin alcanzar un consenso.
Ante esta situación, y considerando que las nuevas monedas debían acuñarse a partir del 1 de enero de 1827, Sucre presentó un nuevo proyecto que fue aprobado sin modificaciones el 14 de noviembre y sancionado el día 20. Se estableció la emisión de monedas de oro y plata con el peso, ley y diámetro decretados por la Asamblea General el 17 de agosto de 1825.
Las piezas de plata mostrarían el busto del Libertador "a la heroica", rodeado por la leyenda "Libre por la Constitución", y al pie del busto se grabaría el nombre "Bolívar". El reverso mantendría los símbolos dispuestos en 1825: el Árbol de la Libertad, ahora coronado por seis estrellas, y dos alpacas sentadas y enfrentadas al pie del árbol, todo enmarcado por la inscripción "República Boliviana".
Las monedas de oro también llevarían el retrato del Libertador Bolívar, mientras que en el reverso mostrarían las armas de la República. Todas las piezas ostentarían en lugar del cordón la inscripción: "Ayacucho: Sucre, mil ochocientos veinticuatro".
El 16 de noviembre, el Prefecto León Galindo instruyó al Contador de la Casa de Moneda para iniciar inmediatamente la elaboración de los troqueles necesarios para la acuñación de oro y plata a partir del 1 de enero del año siguiente, enfatizando que no se admitiría excusa alguna de los talladores para esta tarea prioritaria.
El Talla Mayor, Don Pedro Venavides, concentró sus esfuerzos en completar el primer diseño de moneda independiente con el busto imaginario de Bolívar, ya que carecía de un retrato oficial del prócer. Aunque grabó ensayos de monedas de 8 y 4 soles, su proyecto inicial no fue aprobado.
El Prefecto León Galindo debió precisar al tesorero de la Casa de Moneda la interpretación de un "busto a la heroica": el cuerpo debía estar cubierto con un manto prendido del hombro derecho y la cabeza ceñida con una corona de laurel. Sin embargo, dado que este tipo de manto era característico de los bustos reales en las monedas, Sucre consideró más apropiado sustituirlo por el uniforme militar, estableciendo que el busto debía extenderse hasta una línea por debajo de las charreteras y que la inscripción "Bolívar" debía ser notable, pero integrada en la parte inferior del busto.
Para el 21 de diciembre, Venavides y sus ayudantes habían completado los nuevos troqueles, según informó el Tesorero Juan Manuel Solares, destacando el intenso trabajo realizado para finalizar todos los punzones, matrices y demás elementos el 19 de diciembre.
Solares dispuso la fabricación de dos troqueles para los pesos y los cuatro soles con el retrato de Bolívar, que fueron enviados al Gobierno. Las letras del cordón se elaboraron en dos variantes: en realce y en hueco. Al comprobarse que las primeras no se estampaban adecuadamente, se optó por hacerlas en hueco, siguiendo el modelo de las monedas francesas, ya que esta técnica facilitaba la impresión y mejoraba la legibilidad.
Debido a la urgencia, inicialmente no se pudieron fabricar los cuños para las monedas de menor denominación, continuándose la acuñación con el busto de Fernando VII y la fecha de 1825. A mediados de enero se comenzaron a emitir las pesetas, el sol y medio sol republicanos, aunque por su reducido grosor no llevaban inscripción en el canto.
Aunque se había aprobado el diseño con el busto de Bolívar a la heroica, inspirado aparentemente en el retrato del Libertador realizado en Lima por el grabador Atanasio Dávalos, Sucre sugirió que "la cabeza del Libertador ceñida de laurel podría llamarse perfecta si el mismo laurel estuviese recogido por un pequeño lazo". Venavides incorporó esta modificación, y las nuevas piezas fueron finalmente aprobadas.
En febrero de 1827, se pusieron en circulación 1,599,000 monedas de plata con un peso de 27 gramos. Posteriormente, se acuñaron 117,000 pesos en piezas de 4, 2, 1 y ½ sol. Aunque estaba prevista la fabricación de onzas de oro, esta no se materializó hasta 1831.
Primeras monedas de Bolivia
La Asamblea Constituyente de 1872, convocada durante la presidencia del General Agustín Morales, adoptó una tercera ley del Sistema Decimal, que es una copia de la ley de 1869 dictada por Melgarejo. En esta ley se establecieron monedas de oro, plata y cobre. Las monedas de oro se dividieron en tres clases: el Bolívar de 10 bolivianos, con un peso de 16.129 gramos; el medio Bolívar de 5 bolivianos, con un peso de 8.065 gramos; y el Escudo de 2 bolivianos, con un peso de 3.225 gramos, todas con una ley de 900 milésimos finos.
Las monedas de plata se dividieron en cinco clases. La primera fue el Boliviano de 100 centavos, con un peso de 25 gramos; el medio boliviano de 50 centavos, con un peso de 12.500 gramos; la peseta de 20 centavos, con un peso de 5.000 gramos; el real de 10 centavos, con un peso de 2.500 gramos; y, finalmente, el medio real de 5 centavos, con un peso de 1.250 gramos. También se estableció una moneda de cobre.
Bajo este sistema, se acuñaron monedas de plata en todas las denominaciones mencionadas, cambiando nuevamente la palabra "HACE" por "ES". Se acuñaron monedas de un boliviano desde 1872 hasta 1893 (figs. 84-85) y monedas de 50 centavos hasta 1900 (figs. 86-87), mostrando en el anverso la leyenda "MEDIO B. 50 CENT.". En 1900, se modificó este diseño, aumentando el tamaño del "50" (figs. 88). Hasta 1909 se acuñó la moneda de 20 centavos (figs. 89-90), apareciendo una variedad con letras pequeñas (fig. 91). Hasta 1900, se acuñaron las monedas de 10 (figs. 92-93) y 5 centavos (figs. 94-95), además de la variedad con fecha pequeña (fig. 96). Algunas de estas monedas son muy apreciadas en la numismática boliviana por sus fechas de acuñación y las inusuales o extrañas iniciales de los ensayadores. Todas estas monedas fueron acuñadas por la Casa de Moneda de Potosí, con algunas excepciones, que se convirtieron en las primeras monedas bolivianas acuñadas fuera de Bolivia.
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