Eduardo Rodríguez Veltzé
Eduardo Rodríguez Veltzé profesional apolítico catapultado a la Presidencia de la República sin haberlo nunca pretendido, como resultado de una concatenación de contingencias políticas, este servidor de la administración pública boliviana de físico larguirucho, aire intelectual y carácter calmoso obtuvo el bachillerato por el colegio San Agustín y luego se formó en Derecho por la Universidad Mayor San Simón (UMSS), ambos en su Cochabamba natal. Su abuelo materno, Víctor Veltzé, era un inmigrante austríaco que desarrolló funciones gerenciales en las empresas de la familia Suárez, grandes propietarios de plantaciones de hevea, árbol del que se extrae una variedad de goma o caucho. Su padre, Javier Rodríguez Rivas, aunque profesional de la abogacía, se movió también en los negocios empresariales, destacó en la patronal de Cochabamba y entre 1971 y 1972 presidió la Cámara de Comercio departamental.
Nacimiento: 2 de marzo de 1956 (edad 67 años), Cochabamba
Cargos anteriores: Presidente de Bolivia (2005–2006)
Educación: Colegio San Agustín (1973), Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Universidad Mayor de San Simón
Cónyuge: Elena Arguedas
Libros: Miel del diablo lame angustia de mi cielo
Padres: Javier Rodríguez Rivas; Elizabeth Veltzé Céspedes
Familiares: Walter Guevara Arze (tío político)
Formación y Trayectoria Profesional
En 1981 Rodríguez hijo se sacó el título de abogado y siete años después, con la ayuda de una beca, cursó un máster en Administración Pública por la J. F. Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos. Desde principios de la década de los noventa se labró un currículum de experto en prestaciones jurídicas al Estado, ejerciendo de asesor general en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, subcontralor de Servicios Legales en la Contraloría General de la República -teniendo como jefe al contralor Marcelo Zalles Barriga- y consultor de proyectos legislativos sobre asuntos de cooperación judicial internacional, regulación de la función pública, y otros.
En añadidura, fue coordinador regional del Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (ILANUD), e impartió docencia en la Universidad Católica Boliviana (UCB), la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB) y el Posgrado de Ciencias de Desarrollo (CIDES) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), en La Paz. El 19 de marzo de 1999, siendo presidente de la República el ex general Hugo Banzer Suárez, Rodríguez fue uno de los siete nuevos ministros de la Corte Suprema de Justicia de Bolivia que el Congreso Nacional eligió con un mandato de diez años.
Rol en la Crisis Política de Bolivia
Como en anteriores renovaciones del máximo tribunal, se aventaron acusaciones de que los tres partidos mayoritarios, esto es, la Acción Democrática Nacionalista (ADN) de Banzer, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) del también ex presidente Jaime Paz Zamora, se habían repartido las doce magistraturas en cuotas paritarias. Algunos comentaristas situaron la designación de Rodríguez en la esfera de intereses del MNR, formación cuya ideología podía definirse como de centroderecha liberal, y recordaron sus servicios a Antonio Araníbar Quiroga, el canciller con Sánchez de Lozada, que en 1993 era líder del Movimiento Bolivia Libre (MBL, una formación de centroizquierda) y estaba en excelentes relaciones con el MNR.
Presidencia de la República
En la Corte Suprema, con sede en Sucre, Rodríguez presidió la Sala Social y Administrativa. Fue un lustro en el que Bolivia, el país menos desarrollado de Sudamérica, tomó el derrotero de una profunda crisis, con varios estallidos sociales que tuvieron como desencadenantes los programas de erradicación de las plantaciones de coca, las medidas económicas de ajuste y estabilización -el rostro ingrato de un modelo neoliberal cada vez más denostado por su incapacidad para generar y distribuir riqueza, haciéndola llegar a esa mayoría de la población castigada por la precariedad y la miseria- y, últimamente, una polémica política de hidrocarburos que apostaba por destinar al mercado exterior las ingentes reservas de gas natural del departamento de Tarija y que validaba un volumen bajo de ingresos estatales en concepto de regalías pagadas por las transnacionales petroleras que operaban en Bolivia.
Desafíos y Controversias
Una descomunal protesta social movilizada por las organizaciones indígenas y los sindicatos, que exigían el disfrute preferencial del gas por los bolivianos así, su no embarque desde un puerto chileno y el aumento de las regalías, obligó a dimitir –y a poner tierra de por medio- a Sánchez de Lozada en octubre de 2003, a los 14 meses de haber iniciado su segunda presidencia. Aquellos días Bolivia contó siete decenas de muertos por los ataques de grupos de militantes indígenas y la represión desproporcionada de las fuerzas de seguridad, a los que debían añadirse la treintena de víctimas mortales con que se había saldado una deflagración inmediatamente anterior en el tiempo, la producida en febrero por el incremento del impuesto sobre la renta.
Transición a la Presidencia
El 17 de marzo de 2004, con el nuevo presidente (el vicepresidente con Sánchez de Lozada), Carlos Diego Mesa Gisbert, un independiente que carecía de apoyo parlamentario formal, haciendo encaje de bolillos para evitar la enésima revuelta de una población hastiada del marasmo económico, la pobreza endémica, las políticas antisociales y la venalidad de las élites dirigentes, y en vísperas de la convocatoria del prometido referéndum vinculante sobre la política energética y la exportación de gas, Rodríguez fue designado presidente de la Corte Suprema y, por ende, presidente del Consejo de la Judicatura de Bolivia, en sustitución de Armando Villafuerte Claros.
Mesa ganó el referéndum múltiple del 18 de julio, lo que suponía la abrogación de la Ley de Hidrocarburos de 1996, su sustitución por una normativa que aumentase las regalías y tasas del Estado –desde el 18% actual- al 50% del valor de la producción del gas y el petróleo, la potenciación del control estatal sobre el sector –su renacionalización de hecho, pero sin expropiaciones o confiscaciones a las operadoras privadas- a través de la compañía Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), y la luz verde al Gobierno para elaborar y ejecutar una estrategia ponderada sobre el gas tarijeño, destinándolo tanto al abastecimiento interno como a la exportación a países como Estados Unidos y México.
Resumen de Eduardo Rodríguez Veltzé
La biografía de Eduardo Rodríguez Veltzé, aunque singular, se enmarca en uno de los períodos más turbulentos de la historia reciente de Bolivia. Su ascenso a la presidencia, marcado por la crisis política y social, destacó por su papel de transición en un momento de profunda agitación. Su gestión, aunque breve, dejó una huella en la historia política de Bolivia y sirvió como ejemplo de cómo un profesional apolítico puede ser llamado a liderar un país en momentos críticos.
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