Los Aramayo el transito de la plata hacia el estaño

imagenes Familia Aramayo

José Avelino Aramayo fue el pionero en el campo de la minería dentro de su familia. Su vida ejemplifica cómo el esfuerzo personal y la perseverancia pueden transformar circunstancias adversas en oportunidades significativas. Nacido en un entorno de dificultades extremas, José Avelino no permitió que las adversidades de su infancia dictaran su destino. Gracias a una determinación férrea y una capacidad notable para superar obstáculos, logró posicionarse como uno de los productores de plata más destacados a mediados del siglo XIX. Sin embargo, esta misma tenacidad a veces lo llevó a involucrarse en empresas que resultaron ser económicamente insostenibles. El caso más destacado de estos fracasos fue la “Sociedad del Real Socavón”, un proyecto minero que no logró mantenerse en el tiempo y que reflejaba los riesgos inherentes al sector en aquella época.

A diferencia de su padre, Félix Avelino Aramayo tuvo una infancia más tranquila y privilegiada. Creció en un entorno que le permitió combinar el conocimiento práctico adquirido en las minas de su progenitor con una educación formal en algunos de los centros educativos más prestigiosos de Europa. Esta combinación de experiencia práctica y educación académica le proporcionó una perspectiva amplia y habilidades valiosas para su futura carrera en la minería. A mediados de la década de 1860, cuando Félix regresó a Bolivia, lo hizo con el objetivo de revitalizar los negocios mineros familiares que habían quedado en crisis tras los fracasos de su padre.

Félix Avelino demostró una notable habilidad para adaptarse a las nuevas circunstancias. Al igual que su padre, se rodeó de expertos extranjeros que aportaron conocimientos técnicos avanzados. Juntos, establecieron la empresa “Félix Avelino Aramayo y Compañía”, que se enfocó en explotar el Cerro Grande de Chorolque. Este emprendimiento resultó ser un gran éxito, ya que se descubrieron ricos filones de bismuto, un mineral crucial que aseguró la estabilidad económica de la familia Aramayo.

A diferencia de José Avelino, Félix Avelino decidió invertir en la minería de la plata en el Litoral boliviano. Aunque esta inversión era significativa, su impacto fue más bien marginal, reflejando la limitada influencia de Bolivia en esa región durante esa época. El contexto geopolítico y económico del momento limitaba las oportunidades y el alcance de las inversiones bolivianas fuera del país.

El impacto de la Guerra del Pacífico (1879-1884) y la Guerra Federal (1898-1899) en Bolivia fue profundo, no solo en términos territoriales, sino también en el ámbito político y económico. Tras la Guerra del Pacífico, Félix Avelino Aramayo se consolidó como una figura clave en la minería del país y se distanció de los intereses políticos conservadores del sur. En cambio, se acercó a sectores más progresistas y a personajes influyentes como el general José Manuel Pando. La relación con Pando fue crucial, ya que Félix Avelino tuvo un papel importante en la redacción del “Tratado de Paz y Amistad” firmado con Chile en 1904, un documento que formalizó la paz entre los dos países y sentó las bases para futuras relaciones diplomáticas y comerciales.

Durante este período, Félix Avelino aprovechó los cambios en los mercados internacionales para expandir su influencia en la minería del estaño, un recurso que estaba ganando relevancia en el mercado global. El Cerro de Chorolque, ya conocido por sus depósitos de bismuto, se convirtió también en un importante yacimiento de estaño. La explotación a gran escala de estos filones permitió a los Aramayo consolidar su posición en el sector minero, marcando una nueva etapa en su historia.

El legado de la familia Aramayo en la minería boliviana no terminó con Félix. Su hijo, Carlos Victor Aramayo, continuó la tradición familiar y se convirtió en una figura destacada en el sector del estaño. Carlos Victor, conocido más tarde como uno de los “Barones del Estaño”, desempeñó un papel fundamental en la expansión y consolidación de la industria del estaño en Bolivia. Su éxito continuó fortaleciendo la influencia de la familia Aramayo en el panorama económico del país.

En resumen, la historia de los Aramayo es un ejemplo fascinante de cómo la perseverancia, la adaptabilidad y la visión estratégica pueden transformar los desafíos en oportunidades. Desde los inicios difíciles de José Avelino hasta el éxito en la minería del estaño de Carlos Victor, la familia Aramayo ha dejado una huella duradera en la historia minera de Bolivia. Su trayectoria no solo ilustra las transformaciones económicas del país en el siglo XIX, sino también el impacto de los eventos históricos en el desarrollo de las industrias nacionales.

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