Leyenda del volcán Sajama

Leyenda del volcán Sajama

Hace muchos años, existían dos grandes volcanes que eran hermanos: el Illimani y el Mururata. Ambos eran hijos del poderoso dios Wiracocha, el creador del mundo. Aunque compartían la misma familia, Mururata era joven, impulsivo y no podía ocultar su envidia al ver lo imponente y respetado que era su hermano mayor, el noble Illimani.

Un día, Mururata, lleno de celos, decidió desafiar a su hermano. Aunque Illimani trató de calmarlo y evitar el conflicto, Mururata no quiso escuchar razones y su furia creció aún más.

Desde el cielo, el dios Wiracocha observaba la pelea entre sus dos hijos. Viendo que Mururata no quería hacer las paces, Wiracocha decidió apoyar a su hijo favorito, Illimani. Durante la noche, le entregó una honda mágica para que pudiera defenderse.

Cuando aún no salía el sol, los dos gigantes se prepararon para luchar. Illimani, con su nueva honda, lanzó con fuerza una piedra que golpeó directamente a Mururata en la cabeza. El impacto fue tan fuerte que le cortó la cabeza y esta salió volando muy lejos.

El cuerpo de Mururata quedó inmóvil junto al Illimani, mientras que su cabeza cayó en una región lejana del altiplano. Allí, donde descansó para siempre, surgió un nuevo volcán solitario: el Sajama, el más alto de Bolivia.

Desde entonces, el Sajama permanece solo, separado del resto de su familia, como recuerdo de una batalla entre hermanos que no pudo evitarse.

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